Escuela francesa; finales del siglo XIX.
“La asunción de la Virgen”.
Espuma de mar.
Medidas: 41 x 30 x 4 cm.
Talla realizada en espuma de mar en la que se representa la escena de la Asunción de la Virgen. La Asunción de la Virgen se narra en una leyenda tardía inspirada en el arrebato del profeta Elías y en la Ascensión de Cristo, y sólo fue declarada dogma de fe en 1950 tras siglos en los que la creencia en ella había sido considerada como una cuestión de piedad personal. Según esa leyenda, después de morir la Virgen fue llevada al cielo por unos ángeles en presencia de los apóstoles. La expresión Asunción es significativa: se opone a la Ascensión, como lo pasivo a lo activo. Es decir, María no asciende al cielo por sus propios medios, como Cristo, sino que es elevada al Paraíso por los ángeles. El arte bizantino representa la Asunción del alma de la Virgen, recogida por Cristo en su lecho de muerte. En cambio, el arte de Occidente plasma su Asunción corporal fuera de la tumba donde los apóstoles la habían sepultado. Por lo tanto, debe distinguirse en la iconografía la Asunción del alma de la Virgen en forma de niña y la Asunción de su cuerpo glorioso, siendo la segunda la aquí representada. El modelo europeo presenta a María en actitud orante, con las manos unidas, rodeada de luz dorada, llevada por ángeles y dejando la tumba abierta a sus pies, que puede aparecer vacía o llena de lirios y rosas. A causa de una confusión iconográfica, la Asunción perderá su carácter original para convertirse en Ascensión, tal y como ocurre en esta obra. En vez de ser elevada por ángeles, la Virgen vuela sola, con los brazos extendidos; los ángeles que la rodean se limitan a formarle cortejo.