IRËNÉE ROCHAR (1906 - 1984).
“Pareja de gaviotas”, ca. 1930.
Escultura en bronce patinado.
Firmado en la base.
Medidas: 61 x 21 x 77 cm.
Nacido en Villefranche-sur-Saône, Irénée Rochard se trasladó a París a mediados de los años veinte para sumergirse en el vibrante mundo artístico de la capital francesa. En la École des Beaux-Arts, bajo la tutela de maestros como Serge Zelikson y René Dubois, Rochard desarrolló su pasión por la escultura, especialmente por la representación del reino animal. A lo largo de su vida, Rochard se dedicó a representar una amplia variedad de especies, desde felinos majestuosos hasta aves en vuelo, siempre buscando capturar la belleza y la fuerza de la naturaleza. Su estilo personal, oscilante entre una marcada estilización y un naturalismo más realista, lo distingue de sus contemporáneos. Participó regularmente en el Salón de Artistas Franceses, donde obtuvo numerosos premios y distinciones. Sus obras fueron adquiridas por importantes instituciones como los ayuntamientos de París y Nueva York, lo que consolidó su reputación como uno de los escultores más destacados de su generación.