LAURE HAYMAN (1851 - 1940).
“Toto”, 1911.
Escultura en bronce patinado
Firmada, fechada y titulada en la base
Medidas: 45 x 20 x 15 cm.
Laurence Marie Charlotte Hayman fue hija del ingeniero François Bernard Marie Hayman y de Julie Augustine Clairet, con una ascendencia artística que la conectaba al célebre pintor Francis Hayman. Atraída por el brillo y el lujo de la alta sociedad parisina, Laure se convirtió en una figura destacada en los salones y fiestas de la época. Su belleza, inteligencia y encanto la convirtieron en una de las cortesanas más solicitadas. Entre sus numerosos admiradores se encontraban personajes ilustres como el duque de Orleans, Charles de La Rochefoucauld y hasta el rey de Grecia. Su propio salón se convirtió en un oasis de sofisticación en el corazón de París. Entre los asiduos a sus tertulias se encontraban figuras como Marcel Proust, Paul Bourget y Jacques-Émile Blanche, atraídos por el carisma de su anfitriona y la estimulante atmósfera de sus encuentros. Laure Hayman no solo era una anfitriona excepcional, sino también una talentosa escultora. Su interés por las formas y los volúmenes la llevó a explorar diferentes técnicas y temáticas; inicialmente cautivada por la belleza del rostro humano, se dedicó a la creación de bustos, capturando la esencia de sus modelos con gran sensibilidad. Posteriormente, se dejó seducir por el exotismo de Oriente, incorporando elementos orientalistas a sus obras. Su talento fue reconocido rápidamente. En 1905, expuso en el prestigioso Salón de Otoño de París, un evento que la catapultó a la fama. Años más tarde, en 1913, celebró una exposición individual en la prestigiosa galería Georges Petit, consolidando su posición en el panorama artístico parisino.