Escuela granadina del siglo XVII.
“Magdalena penitente”.
Terracota policromada.
Medidas: 60 x 53 x 48 cm.
Escultura de bulto redondo realizada en terracota en la que el autor integra a la figura en una escena impregnada de devoción y arrepentimiento. Magdalena apoya su brazo sore un tronco caído o un tocón, y con la otra mano sujeta la calavera. La santa, sentada en suelo, entreabe sus labios llegando a mostrar la línea de sus dientes. Ello concede una gran expresividad y verismo al rostro. Los ojos también se abren con sorpresa, reflejando una visión iluminadora que procede del propio interior. Los brazos lozanos han sido modelados con esmero y voluntad naturalista. Un pie de gráciles dedos asoma bajo el vestido drapeado. Formalmente la escultura ha sido trabajada siguiendo el estilo barroco del siglo XVII, en actitud exasperada y dramática, con los largos cabellos que la identifican. El rostro tremendamente expresivo se basta por sí solo para reflejar el arrepentimiento y el hondo dramatismo de la santa.
Estilísticamente, resulta clara la fuerte influencia en la presente obra de modelos del Barroco del siglo XVII de escuela granadina, y no sólo en la iconografía, sino también en el modelo escogido como influencia para la misma, en la decoración de los ropajes, en el colorido, en los rasgos del rostro, etc. La reproducción verista de los detalles no resta delicadeza a las formas. La escuela granadina, que parte de la una fuerte influencia de la época renacentista, contó con grandes figuras como Pablo de Rojas, Juan Martínez Montañés (que se formó en la ciudad con el anterior), Alonso de Mena, Alonso Cano, Pedro de Mena, Bernardo de Mora, Pedro Roldán, Torcuato Ruiz del Peral, etc. En general, la escuela no descuida la belleza de las imágenes y también sigue el naturalismo, como es habitual en la época, pero siempre destacaría más lo intimista y el recogimiento en unas imágenes delicadas que serían algo similares al resto de escuelas andaluzas en otra serie de detalles pero que no suelen contar con la monumentalidad de las sevillanas. La obra se puede inscribir, en concreto, en el círculo estilístico del taller de los Mora, (José y Diego). Uno de los talleres más importantes de Granada en el siglo XVII. El legado artístico de esta familia de imagineros, que abarcó desde el último tercio del siglo XVII hasta la segunda mitad del XVIII, supuso un hito dentro de la escuela granadina. Influenciado por el quehacer tanto de Alonso Cano como de Pedro de Mena, influjo que le llevó a crear un estilo muy personal y característico.