y volver al lote.
16 Oct 2024 16:31
Escuela española; siglo XVIII.
“San Jorge y el dragón”.
Madera tallada y policromada.
Pesenta leves faltas de policromía. Falta la espada.
Medidas: 33 x 12 x 12 cm.
Alzada sobre una base rectangular, la figura masculina se encuentra sobre el dragón que yace abatido en el suelo. San Jorge sostiene la lanza con una de sus manos, aunque no mira a su victima sino al frente. San Jorge es un santo legendario. Se dice que nació en Capadocia y fue un oficial cristiano del ejército romano que pasó un día por una ciudad aterrorizada por un dragón que exigía un tributo de dos jóvenes; mató al monstruo, salvando de morir a la hija del rey y triunfando gracias a la ayuda de Cristo. Según algunos textos (entre ellos la Leyenda Dorada), sólo hirió a la bestia, que se convirtió desde ese momento en un animal manso y fiel al santo. San Jorge falleció víctima de las persecuciones de Diocleciano en Palestina: sobrevivió a los primeros suplicios (quemado, aplastado, hervido…) y fue, al final, decapitado. Su culto fue siempre de gran importancia en Grecia y Rusia, y fue traído a Europa desde esta área gracias a las Cruzadas, convirtiéndose en patrón de Génova, Venecia, Barcelona, los Caballeros teutónicos e Inglaterra, además de serlo de los caballeros en todo el continente. Al personificar el ideal caballeresco, a menudo se le representa a caballo (que frecuentemente es blanco), con armadura siempre y una lanza rematada en estandarte (más raramente una espada). La iconografía más frecuente es la de su lucha contra el dragón, sobre todo a partir del siglo XIII. Su importancia también deriva de ser un símbolo de la victoria de la Fe sobre el Mal. A menudo, la princesa aparece orando, en segundo plano, y también hay ejemplos en los que se muestra la ciudad. Es preciso puntualizar que su iconografía se parece a la del Arcángel San Miguel, diferenciándose de éste, sobre todo, en la ausencia de alas a la espalda.