y volver al lote.
02 Oct 2024 14:09
Escuela italiana; primera mitad del siglo XVII.
“Retrato de dama”.
Mármol tallado.
Presenta restauraciones en la zona de la nariz.
Medidas: 77 x 57 x 31 cm.
En esta obra el artista nos presenta un busto femenino, cuya estética se inspira en modelos del pasado. La gola que cubre su cuello y el adorno del peinado que cubre parte de la frente de la protagonista trasladan al espectador al renacimiento, época de esplendor en el arte italiano. En cuanto a la técnica y el diseño es evidente que el artista está altamente influenciado por la estatuaria clásica, en concreto la de la Roma antigua. Una afirmación que encuentra su evidencia en el verismo del rostro donde las arrugas en torno a los labios quedan ampliamente marcadas, o en la propia composición del busto sin brazos, pero donde el torso posee cierto protagonismo. En cuanto al retrato cabe destacar que este va más allá de la técnica revelándonos una personalidad a través de un gesto e incluso de su vestimenta, dando así a entender que se trata de una mujer perteneciente a una posición elevada y con cierto poder que se intuye de la seriedad y rotundidad del gesto. Respecto a la técnica las formas siguen un canon clásico de anatomía equilibrada que transmite una inmutable belleza, respondiendo a un concepto de serenidad estética propio del clasicismo de la escuela italiana.
Como en el resto de Europa, el retrato se convirtió en el siglo XVII en el género protagonista por excelencia, como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se implantaron en el mundo occidental a lo largo de esta centuria, encarnando la expresión máxima de la transformación del gusto y la mentalidad de la nueva clientela, surgida entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que tomaría las riendas de la historia en este periodo. Mientras los círculos oficiales dieron preponderancia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y el incipiente coleccionismo alentó la profusión de los cuadros de costumbres, el retrato acaparó la demanda destinada al ámbito más privado, como reflejo del valor de lo individual en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para su disfrute reservado en la intimidad.