y volver al lote.
02 Oct 2024 13:21
Escuela castellana; c. 1600.
“Virgen con el Niño”.
Madera de pino tallada, dorada y policromada.
Presenta faltas y pérdidas sobre la superficie pictórica.
Medidas: 87 x 51 x 21 cm.
Talla devocional de gran calidad con representación de una Virgen con el Niño Jesús sentado en su regazo. Los drapeados del manto y túnica de la Virgen María muestra un elevado nivel artístico, a base de pliegues naturales que son capaces de expresar las suaves calidades de las telas. Esas prendas acogen los cuerpos, redondeando las formas de modo que cada figura se dota de una sólida presencia. En un perfecto equilibrio entre solemnidad y ternura. Los rasgos de María, idealizados y apacibles, transmiten gran serenidad que armoniza con el gesto inocente de Jesús.
La escultura española de la época refleja quizás mejor que otros campos artísticos este afán de vuelta al mundo clásico grecorromano que exalta en sus desnudos la individualidad del hombre creando un nuevo estilo cuya vitalidad sobrepasa la mera copia. Pronto se empieza a valorar la anatomía, el movimiento de las figuras, las composiciones con sentido de la perspectiva y del equilibrio, el juego naturalista de los pliegues, las actitudes clásicas de las figuras; pero la fuerte tradición gótica mantiene la expresividad como vehículo del profundo sentido espiritualista que informa nuestras mejores esculturas renacentistas. Esta fuerte y sana tradición favorece la continuidad de la escultura religiosa en madera policromada que acepta lo que de belleza formal le ofrece el arte renacentista italiano con un sentido del equilibrio que evita su predominio sobre el contenido inmaterial que anima las formas. En los primeros años de la centuria llegan a nuestras tierras obras italianas y se produce la marcha de algunos de nuestros escultores a Italia, donde aprenden de primera mano las nuevas normas en los centros más progresistas del arte italiano, fuese Florencia o Roma, e incluso en Nápoles.