y volver al lote.
02 Oct 2024 13:45
Busto relicario de San Lorenzo; Escuela española; c. 1600.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas y restauraciones.
Medidas: 65 x 48 x 26 cm.
Busto realizado en madera tallada y policromada que se sustenta sobre un pie de base rectangular. Sobre este pie se encuentra la escultura tallada que representa a un santo joven. El protagonista adquiere un gesto hierático, pero a su vez delicado y sutil que queda definido por el detallismo del tratamiento escultórico en el rostro, marcado por la simetría y unos rasgos delicados de pequeñas dimensiones. Esta misma destreza también se aprecia en el drapeado de la tela que cubre el cuello y en el tratamiento de los rizos del pelo. Diácono nacido en Aragón, cerca de Huesca, y martirizado en Roma en 258, sus “Hechos legendarios” narran que San Lorenzo, por humildad, lavaba los pies de los cristianos, habría curado a una viuda del dolor de cabeza y dado la vista a un ciego mediante el bautismo. Tres días después del martirio del papa Sixto II, quien lo había ordenado diácono y le había confiado el tesoro de la Iglesia, fue detenido y conminado a entregar dichas riquezas. Pero no quedaba nada de ellas, ya que Lorenzo las había distribuido entre los pobres. Furioso por ver su codicia frustrada, el emperador Decio ordenó que lo flagelasen con varas, se le quemaran las costillas con hierro candente y que, por último, fuera extendido desnudo sobre una parrilla dispuesta sobre un manto de brasas.
Este tipo de relicarios fueron un tanto habituales desde el periodo gótico, habitualmente mencionadas como “testas” en la documentación contemporánea a su realización y empleadas para contener reliquias de la cabeza, pues tallas de brazos, etc. se usaban para reliquias de otra parte del cuerpo del santo. Es preciso recordar, sin embargo, que entonces se consideraba como reliquia sagrada a prácticamente cualquier elemento que hubiera estado en contacto con el santo o con sus restos mortales (paños, tierra de la sepultura, etc.). Los mejores ejemplos se realizaron en metales preciosos, pero ejemplares como el presente también fueron muy valorados, por el continente y, sobre todo, por el contenido. La evolución de los siglos se puede apreciar en detalles de las tallas.