y volver al lote.
25 Sep 2024 18:24
Escuela italiana; siglo XVIII.
“Cristo crucificado”.
Bronce dorado y base de hierro.
Medidas: 29 x 20 x 9 cm; 49 x 20 cm (base).
En esta escultura devocional del Crucificado, el modelado de las formas siguen un canon clásico de anatomía equilibrada que transmite una inmutable belleza, respondiendo a un concepto de serenidad estética acorde a la escuela italiana. Estamos ante una escuela adscrita al barroco clasicista, alejado del dramatismo del barroco dominante. El acabado pulido del bronce dorado y la línea sinuosa que dibuja el cuerpo (relajado ya, tras el último suspiro) lo impregnan de un pathos contenido. Una anatomía equilibrada y perfectamente estudiada denota la capacidad artística del escultor, quien refleja como nadie el sufrimiento que acarreó a Cristo en sus últimos segundos de vida.
Las Crucifixiones y crucifijos han aparecido en la historia del arte y la cultura popular desde antes de la era del Imperio Romano pagano. La crucifixión de Jesús ha sido representada en el arte religioso desde el siglo IV. Es uno de los temas más recurrentes en el arte cristiano y el de una iconografía más evidente. Si bien se representa a veces a Cristo vestido, lo habitual es representar su cuerpo desnudo, aunque con los genitales cubiertos con un paño de pureza (perizonium); los desnudos integrales son muy raros, pero destacados (Brunelleschi, Miguel Ángel, Cellini). Las convenciones de representación de las distintas actitudes de Cristo crucificado se designan con las expresiones latinas Christus triumphans ("triunfante" -no debe confundirse con la Maiestas Domini o el Pantocrátor-), Christus patiens ("resignado" -no debe confundirse con el Cristo de la paciencia-)y Christus dolens("sufriente" -no debe confundirse con el Vir dolorum-). El triumphans se representa vivo, con los ojos abiertos y el cuerpo erguido; el patiens se representa muerto, con la voluntad totalmente vaciada (kénosis), la cabeza inclinada, el rostro con expresión serena, los ojos cerrados y el cuerpo arqueado, mostrando las cinco llagas; el dolens se representa de un modo similar al patiens, pero con un gesto de dolor, particularmente en la boca (curvada).