SALVADOR DALÍ I DOMÈNECH (Figueres, Girona, 1904 – 1989).
“Alma del Quijote”.
Escultura en bronce, ejemplar 242/300.
Base de mármol.
Firmada y justificada.
Medidas: 33 x 16 x 15 cm.
Realizada con la técnica de la cera perdida, la pieza que se presenta muestra a Don Quijote de La Mancha desde una perspectiva nueva, onírica y fantasmagórica. A pesar de que la figura no cuenta ni con lanza ni corcel, su brazo y su postura en movimiento nos indica que el Caballero Andante se dispone a realizar alguna de las hazañas que, en 1605, Miguel de Cervantes redactó, dando lugar a la novela moderna por todos conocida y que, todavía hoy, encabeza la lista de las mejores obras literarias de la historia. Al igual que la obra escrita, Dalí configura una pieza surreal en la que el artista juega con la materia y el movimiento, obteniendo como resultado una obra de formas fluidas y vaporosas que continúan el surrealista estilo del pintor catalán.
Durante sus primeros años, Dalí descubre la pintura contemporánea durante una visita familiar a Cadaqués, donde conoce a la familia de Ramón Pichot, artista que viajaba regularmente a París. Siguiendo los consejos de Pichot, Dalí empieza a estudiar pintura con Juan Núñez. En 1922, Dalí se alojó en la célebre Residencia de Estudiantes de Madrid para iniciar estudios de Bellas Artes en la Academia de San Fernando. Sin embargo, antes de sus exámenes finales, en 1926, fue expulsado por afirmar que no había nadie en la misma en condiciones de examinarle. Ese mismo año Dalí viaja a París por primera vez. Allí conoció a Picasso, y asentó algunas características formales que se convertirían en distintivas de toda su obra desde entonces. Su lenguaje absorbía las influencias de muchos estilos artísticos, desde el academicismo clásico a las vanguardias más rompedoras. En aquella época, el pintor se dejó crecer un vistoso mostacho que imitaba al de Velázquez, que se convertiría en su sello personal el resto de su vida. En 1929, Dalí colaboró con Luis Buñuel en la realización de “Un perro andaluz”, en el que se mostraban escenas propias del imaginario surrealista. En agosto de ese mismo año conoció a su musa y futura esposa Gala. Durante este periodo, Dalí celebró exposiciones regulares tanto en Barcelona como en París, y se unió al grupo surrealista afincado en el barrio parisino de Montparnasse. Su trabajo influyó enormemente en el rumbo del surrealismo durante los dos años siguientes, siendo aclamado como creador del método paranoico-crítico que, según se decía, ayudaba a acceder al subconsciente liberando energías artísticas creadoras. El pintor desembarcó en América en 1934, gracias al marchante Julian Levy. A raíz de su primera exposición individual en Nueva York su proyección internacional queda definitivamente consolidada, y desde entonces mostrará su obra y dará conferencias por todo el mundo. La mayor parte de su producción está reunida en el Teatro-Museo Dalí de Figueras, seguida por la colección del Salvador Dalí Museum de St. Petersbug (Florida), el Reina Sofía de Madrid, la Salvador Dalí Gallery de Pacific Palisades (California), el Espace Dalí de Montmartre (París) o el Dalí Universe de Londres.