Atribuido a ALEJO DE VAHÍA (Probablemente de origen nórdico, ? - circa 1515).
“Santiago apóstol”.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas en la talla y la policromía.
Medidas: 103 x 33 x 25 cm.
La imagen de Santiago Apóstol, a quien reconocemos por sus atributos como el libro, el gorro de peregrino adornado con una concha ha sido trabajada por el escultor únicamente en el frente, evidenciando así que en origen formaba parte de un conjunto escultórico de mayores dimensiones adscrito a una arquitectura. Estéticamente la obra sigue los preceptos estilísticos del renacimiento, como se puede apreciar en el tratamiento de las telas que forman la túnica, la postura con la pierna adelantada, y el volumen anatómico, buscándose el verismo naturalista, aunque es cierto que mantiene cierta verticalidad propia de estéticas anteriores. Con especial detallismo se han plasmado los atuendos. Destacando asimismo la captación expresiva del semblante, de rasgos maduros y grandes ojos benevolentes.
La alta calidad y la cuidada morfología permiten atribuir la presente obra al círculo de Alejo de Vahía, escultor tardogótico activo en la Península Ibérica en el último cuarto del siglo XV y primer decenio del siguiente. En su copiosa producción, de Vahía cultivó diversos tipos iconográficos que fueron imitados de forma profusa, entre los que destacó el de Cristo Crucificado. Caracterizados por la combinación de expresividad y elegancia, los Cristos de Alejo de Vahía no cayeron en deformaciones o gesticulaciones que tendieran al patetismo. Como podemos observar en la talla que nos compete, de Vahía trabajó el cabello y la barba de forma magistral, formando mechones, buscando un cierto naturalismo hasta ahora no apreciable en el periodo románico anterior. Según afirma Francisco Javier Montalvo en su estudio "Dos nuevas obras del círculo de Alejo de Vahía", en los últimos años se ha ido reuniendo alrededor de Alejo un nutrido catálogo de obras que supera el centenar, pero que no cesa de crecer, aunque la mayor parte de ellas debieron de ser ejecutadas por miembros de su obrador o círculo, o simplemente por seguidores de su estilo. A pesar de los pocos datos biográficos que se conocen de Alejo de Vahía, se sabe que fue un artista de origen germánico activo en Palencia a finales del siglo XV, y cuya producción abasteció una amplia área geográfica de la Corona de Castilla hasta la primera década del siglo XVI. Sabemos que en 1505 hizo en madera de nogal las estatuas de la Magdalena y San Juan Bautista, como pruebas para un futuro retablo mayor de la catedral de Palencia, pero para su desgracia, el obispo de la catedral encargó por cuenta propia el retablo mayor a Felipe Vigarny, quedando al margen las dos esculturas mencionadas. Por un lado, la Magdalena se colocó más tarde en dicho retablo; mientras que el San Juan se vendió, poco después de su ejecución, al convento de Santa Clara de Palencia, hallándose actualmente en el Museo Marés de Barcelona.