Escuela española; siglo XVII.
“Memento Mori”.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas.
Medidas: 20 x 30 x 25 cm.
El sintetismo de esta obra tallada en madera indica que seguramente en origen formase parte de un conjunto escultórico de mayores dimensiones. La obra se reduce a la representación de un libro como base y sobre su lomo una pluma y una calavera. Pocos elementos que crean un conjunto de gran impacto visual y evocación, ya que el autor no solo alude al concepto de la muerte, sino también al de la historia y a su vez a la idea de memoria.
El autor consigue crear un gran impacto en el espectador al aunar la presencia de un infante con la del cráneo que representa la muerte. Mostrando así una escultura en el que se unen el concepto de la vida y la muerte sin ser consciente de ello, y de cómo el peligro acecha desde la más tierna infancia. Esta escultura se inscribe dentro del género de las vanidades, que tanta relevancia poseyó. Plasmar la fugacidad de la vida fue uno de los temas que más preocupó a los artistas barrocos. Las vanidades denuncian la relatividad del conocimiento y la vanidad del género humano sujeto al paso del tiempo, a la muerte. Su título y concepción se relacionan con un pasaje del Eclesiastés: “vanitas vanitatum omnia vanitas” (“vanidad de vanidades, todo es vanidad”).