y volver al lote.
29 Oct 2024 12:36
Victoria alada de la segunda mitad del siglo XIX.
Escultura en bronce con peana de mármol.
Peana con roturas en el borde superior e inferior.
Medidas: 59 x 42 x 40 cm; 73 cm (altura total con peana).
Escultura en bronce con base de mármol de la diosa griega Nike o Victoria sosteniendo una corona de laurel. La pieza destaca por la elegancia y el atrevimiento de la pose, el modelado preciso de los detalles anatómicos y del drapeado, y la perfecta fundición del bronce. En la mitología griega, Nike era la diosa de la victoria. Se le representaba a menudo como una pequeña escultura alada en la mano de otro dios más importante, como Zeus o Atenea. Presidía competiciones atléticas y militares. Originalmente se la consideraba una diosa independiente, no obstante tras la batalla de Salamina (480 a. C.) a menudo se la asociaba y se la creía idéntica a Atenea, siendo Niké un apodo suyo que significa «victoriosa». Hesíodo la hacía hija del titán Palas y de Estigia, siendo hermana entonces de Bía (la Violencia), Zelo (el Fervor) y Cratos (la Fuerza). Destaca su templo en la Acrópolis de Atenas. Suele aparecer representada con alas y portando una palma o una guirnalda de laurel.
Se trata de una escultura realizada como recuerdo del Grand Tour, un término que aparece por primera vez en la obra “El Voyage d’Italie” de Richard Lassels, fue empleado para definir el largo viaje por Europa, especialmente por Italia, que realizaron habitualmente los jóvenes aristócratas británicos a partir del siglo XVII, pero sobre todo a lo largo del XVIII y XIX. El viaje tenía como objeto que los jóvenes conocieran el arte y la cultura principalmente de Francia y de Italia, admiraran de primera mano el arte clásico, aprendieran o mejoraran el conocimiento de idiomas y establecieran contactos y relaciones con las élites culturales y políticas de estos países. Los viajeros solían buscar piezas con las que iniciar sus propias colecciones artísticas, objetos para llevar de recuerdo a sus lugares de residencia. Por este motivo surgieron talleres especializados en la réplica de piezas romanas, tanto en bronce como en mármol, algunos de los cuales adquirieron gran reputación.