MARTI LLAURADÓ MARISCOT (Barcelona, 1903 – 1957).
“Retrato de Gemma”.
Yeso.
Obra catalogada en “Martí Llauradó”. Josep Porter i Moix, 1993, pág. 38, n.47.
Medidas: 31 x 25 x 18 cm.
En esta escultura se aprecia con claridad el avance que la obra de Llauradó supuso respecto al noucentisme. El escultor deja atrás la idealización arcaizante y simbólica de la generación anterior, adentrándose en la captación de un retrato íntimo a través de una mirada más descriptiva y narrativa, más realista en resumen, que sin embargo no olvida las bases formales aprendidas de los noucentistas. Así, las figuras son rotundas y monumentales, un efecto que Llauradó no consigue gracias a procedimientos tradicionales, como un punto de vista bajo, sino a través de un sentido de la figura totalmente escultórico, de formas volumétricas y contundentes, precisas y claras a la vez que suavemente idealizadas, yendo más allá del retrato para captar un ideal a través de una imagen cotidiana.
El escultor Martí Llauradó trabajó durante su juventud con Joan Borrell y Joan Rebull, de quienes recibió importantes influencias. En 1929 debutó con su primera exposición individual en Barcelona, junto a Joan Commeleran. A partir de entonces seguirá exponiendo su obra y tomando parte en certámenes, y en 1933 fue premiado en la Exposición del Desnudo del Círculo Artístico de Barcelona. Al año siguiente obtendrá primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Ya en la posguerra obtendrá otros premios importantes en ciudades como Sevilla (de arte religioso), Madrid y Barcelona, y fue invitado a participar en dos ediciones de la Bienal de Venecia. Llauradó fue una figura destacada de la generación joven del postnoucentisme, y atemperó el idealismo estilizado de los noucentistas con una acentuación del realismo. Actualmente está representado en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.