PERE COSP (Barcelona, 1907-2007).
Lámpara de techo con ocho puntos de luz, 1948-1949.
Metal patinado y dorado.
Electrificado.
Marcas de uso. Necesita repaso.
Procedencia: Casa de Llavaneras (Barcelona) con interior diseñado por entero por Pere Cosp en 1948-1949, referenciada en la página web dedicada al autor, perecosp.wordpress.com, en la que aparecen los diseños de interior más importantes que realizó para particulares y empresas.
Medidas: 85 x 80 x 80 cm.
Lámpara de techo diseñada por Pere Cosp. Consta de ocho brazos sinuosos, agrupados de cuatro en cuatro, de modo que conforman una estructura especular, reflejándose unos en otros.
Pere Cosp fue un interiorista y diseñador barcelonés. Con una formación mayoritariamente autodidacta, Pere Cosp recondujo el taller de artesanía familiar hacia el interiorismo y la decoración integral. La profesión le sirvió para dar rienda suelta a su talento creativo, intencionadamente alejado de las modas y tendencias de la época. Prueba de esa personalidad inconformista e inquieta que lo definía son los diseños de sus muebles, que todavía hoy conservan un espíritu innovador y transgresor. Cosp asistió a la Escuela de Artes y Bellos Oficios, así como en las clases de perspectiva del profesor Arola. Pero más importante para él fue la parte práctica: entrar en el taller familiar y vivir de cerca todos los oficios que allí se desarrollaban: dorados, molduras y todo tipo de trabajos de restauración. También trabajó con el mueblista Alonso y con el decorador Parcerises. Pere Cosp fue pionero en el uso de materiales que podríamos llamar humildes, como la madera de pino, los tableros de aglomerado, la rafia, etc., que con sus tratamientos y usos los elevaba de categoría. A menudo colaboraba con otros gremios: en el campo del metal, trabajaba con Biosca y Botey y Pere Peronella. En esta línea de colaboraciones se inscriben sus pies-pantalla, apliques de pared, mobiliario de exteriores para jardines, una extensa colección de pomos y manijas, La decoración de estos elementos o el último acabado siempre se hacía en el taller. Llevaba a cabo unas combinaciones de gran belleza: la piedra, los mármoles –Torra Passani era el principal proveedor– el mosaico, en colaboración con Bru, el vidrio, Granell, el esmalte, Morató, las lacas. A lo largo de sus 50 años de carrera, transformó un centenar de casas particulares en viviendas modernas, a menudo avanzadas a su tiempo. Su sello personal impregnaba cada rincón del hogar: distribuía espacios, diseñaba el mobiliario y decidía hasta el menor detalle decorativo.