MANOLO HUGUÉ (Barcelona, 1872 – Caldas de Montbui, Barcelona, 1945).
“Torero”.
Acuarela sobre papel.
Adjunta reproducción litográfica de la obra.
Firmado con iniciales en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 28 x 21 cm.
Manolo Hugué renovó el género costumbrista con toreros, maternidades, ancianas y gitanas que trascienden la estampa folclorista. En esta imponente representación dota al torero de una poderosa postura de movimiento y tensión, dado que el artista ha plasmado hábilmente el momento en el que el toro embiste el capote.
Manuel Martínez Hugué, Manolo Hugué, se formó en la Escuela de la Lonja de Barcelona. En 1900 se traslada a París, donde residirá durante diez años. Allí trabaja en el diseño de joyas y esculturas de pequeño tamaño, influenciado por la obra de su amigo, el escultor y orfebre Paco Durrio. Entre 1910 y 1917, dedicado por completo a la escultura, trabaja en Ceret, donde reunió a un heterogéneo grupo de artistas entre los que destacaron Juan Gris, Joaquín Sunyer y, de nuevo, Picasso. Durante estos años realiza exposiciones en Barcelona, París y Nueva York. En 1932 fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona. En la obra de Hugué, lo esencial es la relación con la naturaleza, teniendo en cuenta a la figura humana como elemento integrado en ella. En su producción artística conviven la tradición mediterránea, el clasicismo y el arcaísmo griegos, y el arte del antiguo Egipto y de Mesopotamia, con la vanguardia europea que asimiló y conoció de primera mano, concretamente el fauvismo de Matisse y el cubismo. Se conservan obras de Hugué en el MACBA, el centro Georges Pompidou de París, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre muchos otros.