MALGOSIA JANKOWSKA (Polonia, 1978).
"Warme Quelle III" 2013.
Acuarela sobre papel.
Lleva etiqueta identificativa al dorso.
Medidas: 69 x 97 cm.; 84 x 113,5 cm.(marco).
Malgosia Jankowska compone escenas de gran calado emocional sirviéndose solo de la acuarela, que maneja con inusual maestría. Ello queda patente en este paisaje invernal en el que un niño y su madre se remojan en un lago. Los niños ocupan en su imaginario un lugar preponderantes como emblemas de la pureza y la convivencia con el mundo natural. La luz blanca serpentea entre la fronda construyendo un entorno sublime del que emana el misterio de las fotografías antiguas.
Malgosia Jankowska, nacida en Sochaczew, estudia pintura entre 1998 y 2003 en the College in Warsaw, Polonia. Además, ha estudiado en la University of Art of Berlin donde vive y trabaja actualmente. Lleva instalada en la capital alemana desde 2001. La pintora polaca, con su técnica de acuarela y tinta china, cuenta con una larga trayectoria y un extenso recorrido expositivo por toda Europa. Desde 2006 viene exponiendo su producción con regularidad, fundamentalmente en Alemania. Entre los centros donde ha podido verse su obra figuran la duPont Gallery de Fredericksburg, en Virginia (Estados Unidos); Kunsthaus Hannover, Wolfram Völcker Fine Art (Berlín), la Galerie Maurer (Frankfurt am Main), Kunstverein APEX, la Galerie Michael Schultz (Berlín) o Kunstmuseum Bochum. Con finas pinceladas, ubica a las personas en paisajes sublimados. Crea con maestría cuadros de gran profundidad alternando colores translúcidos y pastosos. Las líneas de filigrana, junto con los tonos suavizados -a veces restringidos a un solo color sobre fondo blanco- recuerdan a los grabados de los viejos libros de cuentos. De hecho, las escenas a las que nos invitan los cuadros de Malgosia son como un cuento de hadas. Los niños en el bosque, los lobos o las colosales setas no son sólo imágenes visuales de una realidad prestada a la manera de los hermanos Grimm. Asimismo, Malgosia se ha dotado de un conjunto de figuras totalmente propias, que siempre pone en relación entre sí. El niño como emblema de la inocencia, vagando libre por el peligroso bosque, refleja un mundo secreto del subconsciente. La naturaleza se convierte en el espacio de los miedos y deseos enterrados. Además, sus trazos son el resultado que permiten ver la enfatización del trabajo de Malgosia.