DANIEL VÁZQUEZ DÍAZ (Nerva, Huelva, 1882 – Madrid, 1969).
“Notas para los frescos de La Rabida”, Palos, 1929.
Lápiz sobre papel.
Firmado, fechado y con anotaciones en el margen inferior.
Medidas: 24,5 x 34 cm; 42 x 50,5 cm (marco).
En el verano de 1927 Vázquez Díaz visitó el Monasterio de La Rábida, Huelva, con un proyecto simbólico en el que se proponía narrar el descubrimiento de América. El resultado demuestra cómo, a finales de los años 20, Vázquez Díaz era ya un artista que había madurado notablemente y, en su trayectoria, esta monumental obra mural marcaría su plenitud como pintor. A día de hoy los frescos son considerados como obra cumbre del arte español del siglo XX y reflejan todo el proceso de renovación formal propio de la pintura española antes de la guerra civil. Entre los frescos más famosos del conjunto se encuentran: “La partida de las Naves”, “El Pórtico de las Edades”, “El pensamiento del Navegante”, “Las Conferencias”, “Los Heroicos Hijos de Palos y de Moguer” y “Las Naves”.
Daniel Vázquez Díaz comenzó a pintar en sus años de estudiante, tras descubrir la obra de Zurbarán y El Greco. En 1903 se trasladó a Madrid para centrarse en la pintura y copiar a los maestros del Prado, y allí entabló amistad con Juan Gris, Solana y Darío de Regoyos. Tres años más tarde se instala en París, donde trabajará junto al escultor Antoine Bourdelle y conoce a Picasso, Braque, Modigliani y Max Jacob, entre otros, y asimila un cierto espíritu de vanguardia. Ya por estos años empieza a desarrollar su estilo personal, que mezcla la pincelada constructiva de Cézanne con la estructura geométrica y en planos del cubismo. A su regreso a España, en 1918, se inicia en la docencia, primero en su taller y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde obtiene la cátedra de pintura mural en 1932. A través de sus clases, Vázquez Díaz difundirá un cubismo de monumentalidad arquitectónica, y que sirve de puente a los jóvenes artistas con las tendencias que se desarrollaban en el resto de Europa. Además de excelente paisajista, Vázquez Díaz destacó como ilustrador y retratista de algunos de los personajes más relevantes de su tiempo. Entre sus obras murales cabe destacar las realizadas para el monasterio de La Rábida en Huelva, entre 1927 y 1930, que le consagraron como pintor. En 1968, un año antes de su muerte, fue nombrado miembro de la Academia de San Fernando. Actualmente está representado en el Museo Nacional Reina Sofía, el que lleva su nombre en Nerva, el Patio Herreriano de Valladolid, la Fundación Telefónica y los Museos de Bellas Artes de Bilbao y Sevilla, entre otros.