BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 – Madrid, 1980).
Sin título, 1965.
Tarjeta con texto manuscrito. Dibujos impresos, uno de ellos coloreado a mano.
Firmada y fechada.
Enmarcada con visibilidad por ambas caras.
Medidas: 17,5 x 27 cm; 26 x 35 x 3 cm (marco).
Fundador de la Escuela de Vallecas junto a Alberto Sánchez, escultor, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano propia de la Generación del 98. Con tan sólo quince años Palencia deja su pueblo natal y se instala en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, dado que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participa en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio de El Retiro de Madrid, y en 1926 viaja por primera vez a París. Allí conocerá a Picasso, Gargallo y Miró y entrará en contacto con la técnica del collage, que aplicará más tarde a su obra incorporando nuevas materias como la arena o las cenizas. Será a partir de esta estancia parisina cuando la obra de Palencia adquiera un tono surrealista, evidenciado en una cada vez mayor libertad expresiva que alcanzará su plenitud en su periodo de madurez. A su regreso a Madrid funda la Escuela de Vallecas (1927), y debuta individualmente en el Museo de Arte Moderno (1928). Su obra recogerá imágenes del campo castellano y de sus campesinos y animales; su pintura se convierte en testimonio de lo rudo, de lo tosco y de lo rural, de la sutil expresividad de la sobriedad castellana. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D’Ors en Madrid. Al año siguiente es galardonado con medalla de honor en la Nacional, aunque renuncia a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana.