JOAQUIN ARAUJO Y RUANO (Ciudad Real, 1851 - Madrid, 1894).
“Primeros tiempos de Murillo”.
Tinta sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 10 x 13,5 cm; 30 x 32,5 cm (marco).
El artista manchego trabajó como copista en el Museo del Prado. Desde entonces y hasta poco antes de su muerte, Araujo acudió con frecuencia al Museo, dedicándose a copiar especialmente a Velázquez, Goya, Tiziano, y Van Dyck. Como otros muchos artistas, decidió entonces marchar a Roma para complementar allí su formación. A partir de 1880, el pintor, tras una estancia en Francia, comenzó a participar de lleno en la vida artística y cultural de la época. Llegando a formar parte del Círculo de Bellas Artes y acudiendo a la primera exposición organizada en 1880. En 1881 volvió a participar en una Exposición Nacional, tras diez años de ausencia. Allí presentó, entre otros, dos cuadros de escenas de costumbres sevillanas, temática que se haría frecuente en su producción pictórica durante esta década. Sus obras reflejan los tipos populares y las escenas de la vida rural. Se centró especialmente en la representación de un único tipo humano, rodeado de un objeto alusivo o identificativo, que aportaba mayor tipismo. Durante los años 1885 y 1890 se centró especialmente en grandes figuras de tipos populares, y no tanto en la composición de escenas.