EDUARDO ALCOY (Barcelona, 1930 – Mataró 1987).
“Personaje”.
Tinta sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 44 x 30 cm; 72 x 57 cm (marco).
Artista perteneciente a la generación de artistas formados durante la posguerra, Eduardo Alcoy se aproximó al informalismo y a las influencias de Tàpies. En el año 1957, formó junto con Hernández Pijúan, Rovira-Brull y Carles Planell, el “Grupo Sílex”.
La trayectoria de Alcoy estuvo enfocada a la publicidad y al grafismo, disciplinas que le proporcionaron minuciosidad y un acabado detallado en sus trabajos. Su dedicación única a la pintura, se produjo durante el año 1970, teniendo un contacto más cercano con los distintos agentes y círculos artístico-culturales. Nace entonces un lenguaje constructivista ligado con el cubismo en cuanto a la concepción de las formas, lo que le llevó al estudio volumétrico de las superficies. Sus composiciones cuentan con un vocabulario repleto de simbolismos, escaleras que salen de ningún lado y abocan a la nada, demonios de brazos articulados, medias caras sin frente, relojes, números, animales, balcones, matorrales, figuras del ku-klux-klan, quijotes, locos, marcos, peces, sombreros, cuervos, toreros, mujeres bizcas, monóculos y, de repente, un vacío enorme. Alcoy siempre incide en una fantasía trágica cuyo poético y dramático humanismo recuerda el mágico vértigo de El Bosco, pero siempre con un fondo amargamente sarcástico y poéticamente emotivo.