Miniatura española de finales del siglo XIX-principios del siglo XX.
“Joven dama”.
Gouache sobre vitela.
Firmado ilegiblemente en el ángulo inferior derecho.
Marco en madera con adornos pirograbados.
Medidas: 9 x 7 cm; 14 x 12 cm (marco).
Desde el Renacimiento los retratos en miniatura eran piezas para la contemplación privada. Consideradas como alhajas, en el siglo XVII se convierten en piezas de adorno personal o en objeto de regalo, al ser montadas como joyas. Se realizaban en una gran variedad de técnicas, como el óleo sobre cobre, estaño o marfil, las aguadas sobre pergamino o cartulina y, desde el siglo XVIII, la acuarela sobre marfil. Este delicado arte se irá perdiendo desde la segunda mitad del siglo XIX, en paralelo al desarrollo de la fotografía. Lo más común en este tipo de piezas, durante el siglo XIX, eran las representaciones historicistas, frecuentemente ambientadas en el siglo precedente. Sin embargo, el retrato que aquí presentamos recoge el espíritu del retrato-joya dieciochesco para aplicarlo a los tiempos modernos, plasmando la imagen de una mujer real de su tiempo, no ya una recreación ideal de tipo romántico.