Jarrón VERRERIES SCHNEIDER-LE VERRE FRANÇAIS. Francia, primer tercio del siglo XX.
Vidrio doblado.
Firmado.
Medidas: 29 x 21 x 21 cm.
Jarrón en vidrio grueso doblado en caliente de la firma Schneider. Se alza sobre un pie cilíndrico, con textura acanalada que le concede una apariencia orgánica. La copa, de cristal texturado, acoge sutiles gradaciones que viran del naranja al marrón oscuro.
Ernest (1877-1937) y Charles Schneider (1881-1953) fundan en 1911 una pequeña cristalería situada en Epinay-sur-Seine, Francia. Charles Schneider, diplomado por la Escuela de Bellas Artes de París y dotado de unas aptitudes artísticas fuera de lo común, conseguirá junto con su hermano que su producción se convierta en la más importante cristalería de arte de Francia entre los años 1926 y 1930. Las suyas fueron piezas siempre realizadas mediante soplado artesanal, lo que significa que cada vaso de una misma serie jamás sería idéntico a otro. Paralelamente, la gama de los procedimientos de decoración, en frío y en caliente, será aplicada siempre con una maestría virtuosa. Charles Schneider estudió meticulosamente la temperatura y las composiciones químicas para obtener una paleta de colores extremadamente extensa, algunos de ellos jamás vistos y de una fuerza sin precedentes dentro del arte del vidrio. El llamado Tango, por ejemplo, de un naranja explosivo, se convertirá en el más innovador. Conocida como Verreries Schneider, la firma realizó dos líneas de producción. La primera, bajo la marca Le Verre Français, incluye piezas decoradas con la técnica del camafeo grabado al ácido, con generalmente dos colores de vidrio superpuestos y una decoración floral estilizada, brillante sobre fondo mate. La segunda línea, bajo la marca emblemática Schneider, está formada por piezas en series más cortas, a veces únicas, proponiendo una cristalería lisa y brillante, con técnicas decorativas más elaboradas y personales. En cualquier caso, el triunfo de esta firma se produjo sin lugar a dudas gracias al frenesí creativo, el entusiasmo, el talento y la genialidad de un único hombre, Charles Schneider.