Reloj de lira esqueleto Luis XVI; Francia, c. 1790.
Bronce dorado al mercurio, porcelana esmaltada y mármol.
Posee suspensión de hilo de seda.
Conserva péndulo y llave.
Medidas: 65 x 29 x 10 cm.
Este reloj francés de sobremesa del siglo XVIII es una obra maestra de la relojería y la orfebrería, confeccionado en bronce dorado. La pieza presenta una base cuadrada de mármol de tono oscuro, que proporciona estabilidad y resalta el brillo del bronce dorado que la adorna. El reloj está diseñado en forma de lira, un motivo clásico de la época, que simboliza la armonía, la música y el equilibrio. La lira, utilizada de manera frecuente en la decoración de relojes y muebles de la época, no solo es un símbolo de refinamiento y cultura, sino también una representación del arte clásico, que en el siglo XVIII experimentó un resurgimiento en el diseño europeo.
La esfera del reloj está delicadamente elaborada, con números arábigos en negro que contrastan perfectamente con el fondo blanco, permitiendo una fácil lectura de la hora. Los números están dispuestos con una precisión que refleja la excelencia técnica de los relojeros franceses de la época. El diseño del reloj resalta no solo por su funcionalidad, sino también por su belleza y la delicadeza de sus detalles ornamentales.
El remate superior del reloj es una figura de gran impacto, una mascarón radiado, que evoca la imagen de una divinidad o de la luz solar emanando del rostro de una figura mitológica. Esta característica no solo es visualmente impresionante, sino que también refleja la predilección de la época por los símbolos de poder y divinidad, conectando la idea de la luz con el paso del tiempo y la sabiduría.
La forma de lira en los relojes de sobremesa del siglo XVIII era especialmente importante porque representaba el ideal de la estética neoclásica, que valoraba el equilibrio y la simetría, fusionando arte y función. Estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también eran considerados piezas decorativas de alto estatus en los salones de la aristocracia, mostrando la cultura refinada y el gusto por las artes. La lira, al ser un instrumento musical asociado con las musas y las artes, otorgaba a estos relojes un carácter simbólico, ligado a la armonía y a la perfección que se buscaban en todas las expresiones artísticas del momento.
Este reloj, al igual que otros de su estilo, era un símbolo de distinción y sofisticación, un objeto que no solo marcaba la hora, sino que también era un reflejo de los valores y la estética de la época rococó y del inicio del neoclasicismo.