Reloj Luis Felipe; Francia, c. 1830.
Bronce dorado.
Posee suspensión en hilo de seda.
Conserva llave y péndulo.
Firmado en la maquinaria Honore Pons.
Medidas. 52,5 x 40 x 17 cm.
Reloj de sobremesa realizado en bronce dorado de principios del siglo XIX. La pieza ha sido concebida a través de un concepto escultórico característico de este momento. Consta de un basamento de aristas vivas y escalonado en altura. En la zona superior del basamento, se encuentra la representación de una joven dama acompañada de una cabra. La joven se dispone sobre la caja del reloj que presenta una esfera con agujas tipo breguet y numeración romana. Este tipo de escenas fueron muy comunes en la decoración de los relojes de sobremesa, en muchas ocasiones eran representados personajes míticos o religiosos, vinculados a un sentido y una estética historicista.
Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.