MIQUEL VILLÀ I BASSOLS (Barcelona 1901-1988).
“Paisaje del Masnou”.
Óleo sobre tabla.
Firmado y localizado al dorso.
Medidas: 28 x 38 cm; 40 x 50 cm (marco).
La obra que se presenta se convierte en un claro ejemplo del particular y característico estilo de Miquel Villá. En él, el pintor organiza de forma rigurosa la composición, separando claramente los primeros planos del fondo. Así, nos encontramos en primer lugar el camino, que surge del propio borde del cuadro guiando nuestra mirada hacia las casas que ocupan el segundo plano. Sin embargo a pesar de este ejercicio compositivo de carácter clásico, el artista trata la obra desde un lenguaje plástico novedoso. Para ello utiliza una pincelada empastada y difuminada que aporta una sensación volumétrica y además no delimita los espacios, sino que los combina unos con otros.
Miquel Villà i Bassols fue un pintor español, y uno de los principales representantes del fauvismo dentro del ámbito nacional. A la edad de 13 años su padre, negociante de vinos, lo lleva con él a Colombia (Bogotá). Allí frecuenta la escuela de bellas artes hasta 1918. En 1920 descubre París, que será su residencia habitual hasta 1930. En París frecuenta la academia Colarossi. Traba amistad con Jean Fautrier, Marcel Duchamp, Togores, Pancho Cossío y el escultor Pablo Gargallo que le influirán mucho en su trayectoria artística. Sus principales influencias serán la de Cezanne y, al principio de su carrera artística, la de Maurice de Vlaminck. Recibe influencias notorias de la última época de Rembrandt. A partir de 1930 reside principalmente en Cataluña: Barcelona, Masnou, Puebla de Segur, y pasa algunas temporadas en Ibiza. En 1985 fue distinguido por la Generalidad de Cataluña con la Cruz de Sant Jordi.