Escuela europea, siglo XIX.
“Retrato de dama”, 1875.
Óleo sobre cartón.
Presenta repintes, faltas y arañazos.
Posee firma ilegible.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 23 x 21 cm; 31 x 26 cm (marco).
El retrato se convirtió en el siglo XIX en el género protagonista por excelencia de la pintura española y, por ende, en el caso que nos ocupa, de los colonos filipinos como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se implantaron en el mundo occidental. Mientras los círculos oficiales dieron preponderancia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y el incipiente coleccionismo alentó la profusión de los cuadros de costumbres, el retrato acaparó la demanda de pintura destinada al ámbito más privado, como reflejo del valor de lo individual en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para su disfrute reservado en la intimidad de un estudio, al calor cotidiano de un gabinete familiar o presidiendo los salones principales de la casa.