LUIS MORALES "El divino” (Badajoz, 1509 - Alcántara, 1586)
“Cristo portando la cruz”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Obra expertizada por el historiador Don José Gómez Frechina.
Presenta restauraciones y la trasera plastificada.
Medidas. 88 x 75 cm; 104 x 94 cm (marco).
En este lienzo el autor plasma uno de los momentos más dramáticos del Via Crucis, el instante en el cual Cristo aguanta el peso de la cruz. En este episodio es corriente ver representados a Simón el Cireneo ayudando a Jesús a cargar con la cruz, o a Verónica ofreciéndole un paño para limpiar su rostro de sangre y sudor. Sin embargo, el autor de este lienzo prescinde de la presencia monumental de dichos personajes, y solamente esboza el perfil de un rostro masculino, situado en el ángulo inferior izquierdo. Esta característica invita a pensar que el autor, no busca más sentido teológico que el del propio sufrimiento y sacrificio voluntario de Cristo en favor de la humanidad. De hecho, esta suprema generosidad queda reforzada por la propia mirada de Jesús, que evita la nuestra, dirigiéndose hacia un lado. La figura está trabajada con un enorme naturalismo, destacando las expresividades del rostro y las manos, y la iluminación tenebrista empleada logra dotar de una mayor presencia física, una mayor tridimensionalidad y también intensidad y efectismo a la figura. Estos rasgos, así como la gama cromática utilizada, son rasgos propios del barroco naturalista. La dramática figura se recorta contra un fondo oscuro, de densa oscuridad, como surgiendo de las sombras, directamente iluminado por una luz de foco, teatral y dirigida, que entra en la imagen por el ángulo superior izquierdo e incide directamente en el rostro y las manos del santo, dejando el resto de la figura envuelto en una matizada penumbra.
Por dichas características se puede relacionar la obra con la pintura de Luis Morales conocido como el Divino, quien desarrolló una activa carrera artística que le obligó a viajar con frecuencia para concertar encargos, llevarlos a cabo o controlar su realización. De hecho, esta pintura en concreto presenta grandes similitudes con otras obras del artista como por ejemplo la que se conserva en el Colegio de Corpus Christi (Valencia).Al alcanzar gran fama, Morales estableció un taller como base para poder realizar todos los encargos. Su técnica era muy apreciada por la creación de composiciones muy estudiadas, aportando un estilo muy personal y novedoso. Fue alabado por el tratadista Palomino quien le apodo como el Divino, Explicando que le denominaba así el Divino, ya que todo lo que pintó fueron cosas sagradas, y porque hizo cabezas de Cristo con tan gran primor, y sutileza en los cabellos, que al más curioso en el arte ocasiona a querer soplarlos para que se muevan, porque parece que tienen la misma sutileza que los naturales. Muchas de sus obras fueron pintadas para capillas familiares u oratorios privados de personajes vinculados a la elite sevillana y a la burguesía extremeña.