FELIPE GIL DE MENA (Palencia, 1603-1673).
“Anunciación”.
Óleo sobre tabla.
Firmado y fechado en la zona inferior central.
Medidas: 30 x 43 cm; 36 x 50 cm (marco).
En esta obra vemos una Anunciación propia del pleno barroco español, con una composición escenográfica y triunfalista, netamente contrarreformista, donde el plano celestial y el terrenal se unen en uno solo. Vemos a María en primer término, arrodillada ante un atril, sobre la que descansa un pequeño libro. El área celestial, representada por un rompimiento de gloria de clara luz divina, irrumpe en el escenario terrenal, si bien el ángel Gabriel no llega a pisar el suelo. Entre María y el ángel vemos al Espíritu Santo en forma de paloma y otros querubines que revolotean en el ambiente.
Felipe Gil de Mena inició su formación artística Valladolid junto al maestro Diego Valentin Diaz, aunque posteriormente se trasladó a Madrid acudiendo al taller del pintor Juan Van der Hamen. Como señala la Real Academia de la Historia Gil de Mena estuvo vinculado durante todo su vida a su maestro Valentin Díaz “Junto a dicho pintor se formó, aunque se cree que pudo estar también en la Corte e incluso conocer a Zurbarán. Heredaría el taller de su maestro, y se convertiría en el pintor más reconocido de la ciudad y poblaciones cercanas.
A partir de entonces lo reclamaron diferentes conventos para pintar series de lienzos, de las que destaca la del claustro del convento de San Francisco de Valladolid. En el Museo Nacional de Escultura se conservan varios lienzos, como el cuadro de San Francisco y Santo Domingo en el refectorio, inspirado probablemente en estampas de finales del XVI. Antes de 1660, Gil de Mena recibio encargos para varios conventos de la provincia vallisoletana, como el de San José de Medina de Rioseco, de las carmelitas descalzas, donde se conservan algunas de sus pinturas de tema franciscano y carmelitano. Pero será a partir de esa fecha, la de la muerte de su maestro, cuando Gil de Mena se convertirá en un pintor muy solicitado.
Trabajó entonces para la iglesia de Santa María y en la de San Antolín de Tordesillas, donde colaboró en el retablo realizado por José de Alejo en 1659. Además Realizó diversas obras para las parroquias de Ítero de la Vega, Baltanás o San Miguel de Peñafiel.Trabajó también para los jesuitas, como en el retablo de pinturas dedicado a la Inmaculada (1664) para la colegiata de Villagarcía de Campos; o en el lienzo de la Apoteosis de la Eucaristía, para los de Valladolid, hoy iglesia de San Miguel, en el que se ve la evolución artística de Gil de Mena.”.