Atribuido a GORTZIUS GELDORP (Lovaina, 1553–1618).
“Santa”.
Óleo sobre tabla.
Medidas: 60 x 46 cm; 74 x 59 cm (marco).
El retrato de busto de esta joven, aparentemente profano, queda definido por la presencia de un leve halo, cuyo candor brilla de un modo sutil sobre el fondo oscuro. Es este halo el que nos indica que se trata de una representación de temática religiosa y sus perlas sumadas al gesto de la protagonista indican que seguramente se trate de una representación de Magdalena deshaciéndose de las vanidades. Hasta el periodo barroco Magdalena había sido representada en actitud orante, ante la cruz y los Evangelios, en mitad del desierto o en un claro de bosque. Pero en periodo barroco empieza a introducirse también esta representación de María, ataviada de joyas y retratada desde una perspectiva opulenta, para aludir a la vida de pecado y excesos que precedió a la conversión de la santa.
Estilísticamente la obra sigue algunos de los modelos de Gortzius Geldorp, artista renacentista flamenco activo en Alemania, donde destacó por sus retratos. Según el biógrafo flamenco Karel van Mander, Geldorp aprendió a pintar primero con Frans Francken I y más tarde con Frans Pourbus el Viejo. Geldorp se convirtió en pintor de corte del duque de Terra Nova, Carlo d'Aragona Tagliavia, a quien acompañó en sus viajes. Viajó a Colonia con el duque, que participaba en las negociaciones de paz con la República Holandesa. Geldorp permaneció en la ciudad mientras seguía acompañando al duque en sus viajes. En 1610 Geldorp ocupó el puesto de Barthel Bruyn el Joven en el ayuntamiento de Colonia. Geldorp fue un retratista de éxito que trabajaba para la aristocracia y otros mecenas prominentes. Conocido por el uso de una paleta brillante y poderosa en la que dominan los marrones.