Círculo de PETER PAUL RUBENS (Siegen, Alemania, 1577 – Amberes, Bélgica, 1640).; siglo XVII.
“El Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría”.
Óleo sobre cobre.
Posee etiqueta de la Junta de Incautación, Protección y Conservación del Tesoro Artístico Nacional, Madrid.
Presenta faltas en la superficie pictórica.
Posee marco del siglo XIX.
Medidas: 70 x 87 cm: 94 x 108 cm (marco).
Pintura de la escuela flamenca del círculo de Rubens, en la que reconocemos el modelo que el pintor toma para representar esta escena: el "Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría" de Rubens, uno de los cartones que sirvieron como modelos para que los tapiceros realizaran los tapices del Triunfo de la Iglesia destinados al Monasterio de las Descalzas de Madrid. Concretamente, el modelo corresponde a una de las seis tablas que custodia el Museo del Prado. La pintura que nos ocupa es de elevado nivel técnico y compositivo, apreciable en cada detalle. La contundencia escultórica de cada personaje convierte a los escorzos en una escena impactante que configura un auténtico trompe-l'oeil. Un ángel, alegoría de la Iglesia triunfante, asoma en el ángulo superior derecho. Porta una custodia cuyo brillo parece deslumbrar y ahuyentar a la idolatría, encarnada en el becerro de cuyos cuernos tira el idólatra. La fuerza del Bien empuja al grupo hacia la derecha, haciendo caer a cada una de las figuras, representantes del paganismo. Los angelotes, entre festones y guirnaldas de frutas, aluden a la abundancia, y a las virtudes eclesiásticas. La imagen del dios clásico que se ve al fondo reproduce la escultura del Zeus de Olimpia de Fidias. La combinación de elementos paganos y cristianos es característica de la cultura del humanismo cristiano que predominó en Europa en los siglos XVI y XVII.
En torno al año 1625, la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos españoles, encargó a Rubens el diseño de una serie de veinte tapices con destino al Monasterio de las Descalzas Reales, donde aún se conservan todos ellos. Todos los diseños, pintados sobre tabla, tratan del tema de la Eucaristía, dogma principal del catolicismo que la infanta defendía. Rubens realizó varios bocetos preparatorios para esta serie, que se encuentran entre lo mejor de toda su producción, y muestran su característica expresividad y vitalidad, y su gran conocimiento de las obras de arte de la Antigüedad y el Renacimiento.