Escuela virreinal del siglo XVIII.
"La Virgen como protectora".
Óleo sobre lienzo.
Reentelado.
Medidas: 34,5 x 24,5 cm.; 57 x 48 cm.(marco).
Pintura de periodo colonial, realizada en talleres mexicanos. La figura de la Virgen con el Niño, en su advocación de protectora de la humanidad, abre su manto dando cobijo simbólico a los representantes del poder divino en la tierra. Mitras y báculos proliferan entre ellos, dado que son obispos y papas los propagadores del mensaje divino. Dos arcángeles coronan a la Virgen, distribuyéndose a cada lado, simetría que continúa en la distribución de los grupos humanos que flanquean a la virgen. La suntuosidad de las túnicas, las ristras de perlas y brocados del oro han sido plasmados buscándose sacar los justos brillos y calidades.
A partir del Concilio de Trento, la Iglesia reafirmó su control sobre la producción artística. En los siglos XVII y XVIII se favoreció la representación de imágenes religiosas a través de la alegoría y los símbolos como medio expresivo. Se privilegió la función didáctica de la imagen religiosa, lo que adquirió un carácter peculiar en las obras novohispanas.