Maestro flamenco; principios del siglo XVI.
“Virgen con el Niño".
Óleo sobre tabla.
Medidas: 84 x 63 cm; 103 x 80,5 cm (marco).
Escena devocional protagonizada por la figura de la Virgen, que sostiene a su hijo, de pie sobre sus rodillas. Ambos personajes muestran cercanía entre si al juntar sus mejillas en actitud cariñosa, sin embargo, la expresión seria del rostro de ambos, sumado al alargamiento de las dimensiones anatómicas de protagonistas, aportan cierto estatismo que refuerza más la idea de divinidad. Envueltos en un fondo neutro de color verde, el autor juega con una astuta sombra con la que consigue crear volumen a pesar del uso de un solo tono como fondo. En esta obra hay una reacción realista frente a la fantasía del gótico internacional, es una pintura muy influenciada por el arte de la escultura, se suele generalizar la pintura al óleo (sobre tabla), es una pintura con un gran sentido simbólico que nos permite dos lecturas, la simbólica y la realista. Hay importancia por el detalle, con una descripción minuciosa, nada escapa al ojo del pintor. El retrato ocupa cada vez un lugar más destacado, hay un mayor estudio de la luz, también veracidad del sentido del volumen, se busca la profundidad en el espacio, consiguiendo la perspectiva de manera intuitiva. La pieza se acerca estéticamente a algunas de las obras del pintor Roland de Mois, como por ejemplo “La Virgen con el Niño”, que pertenece a la colección de Museo de Navarra, donde se aprecia un acabado estético similar en el tratamiento de las figuras y en el modo en el que el artista asienta la composición.
Roland de Mois, de origen flamenco, desarrolló su actividad en España bajo el mecenazgo del Duque de Villahermosa, Martín Gurrea y Aragón. En un primer momento se dedicó a realizar retratos de la familia del duque, sin embargo, se cree que pintó para la reina Juana. Por los registros documentales de la ciudad de Zaragoza, se conoce que fue pintor de retratos y de temas religiosos, llegando a establecer un taller muy prolífico. Su obra es un ejemplo del esplendor de Aragón durante esa época, con conocimiento de la pintura italiana, siendo seguidor de los modelos venecianos, aunque sin abandonar una estética de origen flamenco.