Escuela flamenca de la segunda mitad del siglo XVII. Seguidor de PETER PAUL RUBENS (Siegen, Alemania, 1577 – Amberes, Bélgica, 1640).
“El juicio de Salomón”.
Óleo sobre lienzo adherido a cartón.
Con marco del siglo XIX.
Presenta restauraciones.
Medidas: 86 x 161 cm; 96 x 171 cm (marco).
En esta obra el pintor narra la escena del juicio de Salomón con gran atención al detalle, componiendo una escena de gran narratividad y carácter escenográfico, situada en un interior abierto a paisaje levemente y poblada por numerosos personajes. La composición de la escena destaca por el dinamismo y el movimiento. Este viene dado de las posturas dramáticas que adoptan algunos de los personajes, como las madres que se ubican en la zona derecha, o el personaje masculino que sostiene a un niño. Los escorzos de estas figuras, incluyendo al bebe que sigue vivo, gran sensación de espacialidad. Por sus características físicas y estilísticas, la presente obra se pude relacionar con la pintura realizada por Rubens, que pertenece a la colección del Museo del Prado, que fue documentada en 1746, como parte de la colección de Isabel de Farnesio. Respecto a la temática de la obra, cabe citar que el Juicio de Salomón es narrado en el Antiguo Testamento (I Reyes 3:16-28), y describe el sabio recurso que utilizó el rey de Israel para averiguar la verdad del caso que se le presentaba: la disputa entre dos mujeres, el hijo de una de las cuales había muerto, que decían ambas ser la madre del niño vivo. El episodio exalta la justicia y sabiduría de quien ejerce el poder político legítimo, esto es, el que proviene de Dios según la interpretación tradicional. También resalta el valor de la abnegación maternal, que prefiere renunciar al propio derecho por el interés del hijo, en contraste con la maldad de la envidia, que prefiere el mal ajeno aun sin provecho propio. Esta escena ha sido representada en el arte desde la Edad Media, y su iconografía influyó en la composición de temas distintos de similares elementos: decisión vital de un magistrado, habitualmente entronizado, acompañado por soldados y generalmente con la presencia de una figura femenina.
Como ya se ha mencionado debido a las características formales de la obra, esta pintura puede relacionarse con el círculo de Peter Paul Rubens, pintor de la escuela flamenca que, sin embargo, compitió en igualdad de condiciones con los artistas italianos contemporáneos, y gozó de una importantísima trascendencia internacional, dado que su influencia fue clave también en otras escuelas, como es el caso del paso al pleno barroco en España. Aunque nacido en Westfalia, Rubens se crió en Amberes, de donde era originaria su familia. Finalizada su etapa de formación, Rubens ingresa en el gremio de pintores de Amberes den 1598. Tan sólo dos años después realiza un viaje a Italia, donde permanecerá entre 1600 y 1608. En estas decisivas fechas, el joven maestro flamenco pudo conocer de primera mano el naturalismo y el clasicismo, las obras de Caravaggio y los Carracci.