Escuela italiana; siglo XVI.
“Virgen con el Niño”.
Bronce dorado.
Presenta trasera de madera y terciopelo.
Medidas: 32 x 24 cm; 40,5 x 32 cm (marco).
En este relieve de bronce dorado el autor representa a la Virgen con el Niño en el centro; ella sostiene el cetro en la mano derecha y el Niño el orbe en la izquierda. Sobre ellos, una pareja de ángeles corona a María como Reina del Cielo. A ambos lados de la escena hay otras cuatro parejas de ángeles: unos leen las Sagradas Escrituras y otros se maravillan ante la coronación. El formato de la obra a modo de arco apuntado indica que seguramente en origen formase parte de un conjunto ornamental mayor, siendo esta la escena principal, ya que muestra el dogma de María como inmaculada, que queda indicado por la luna en cuarto creciente en la que se apoya la Virgen y por su coronación que indica la gran relevancia de su papel en la religión cristiana frente a la rama protestante. Aunque es cierto que esta tradición compositiva tuvo sus orígenes en el renacimiento italiano, continuando durante todo el Cinquecento; tanto en pintura, como en escultura y en relieves bien sea en mármol, bronce o terracota. Se trata de una composición geométrica, de estilo clásico propia del renacimiento italiano, con figuras grandiosas y potentes, en las que se ve una preocupación por la anatomía, con cuerpos monumentales en relación con la cabeza. Las figuras se representan con la belleza, proporciones y dulzura típicas del renacimiento, el tratamiento de los pliegues de gran delicadeza con diferente profundidad para crear sombras pictóricas; cabellos abundantes y ondulados con movimiento.
Debido a las dimensiones de la pieza, es probable que esta se concibiese para la devoción privada. Está trabajada con la técnica del “schiacciato”, un sistema de modelado en el relieve escultórico utilizado por los romanos y perfeccionado en el siglo XV por Donatello, que consiste en disminuir proporcionalmente el bulto del relieve en función de la profundidad que se quiere representar. Esta técnica escultórica permite realizar un bajorrelieve con una variación mínima (a veces se habla de milímetros) respecto al fondo. Para dar al espectador la ilusión de profundidad, la gradual disminución de la profundidad del espesor se complementa con la aplicación rigurosa de las leyes de la perspectiva, que potencia el efecto visual.Mencionada la iconografía como la técnica que el artista ha aunado en esta pieza, es evidente la calidad del relieve no solo en cuanto a virtuosismo artesanal, sino también conceptual ya que se convierte en un testimonio único de la Italia del siglo XVI. A nivel narrativo está trasmitiendo los preceptos debatidos en durante el Concilio del Trento, generados tras las escisión del Iglesia. Mientras que respecto a la técnica el autor nos trasmite la consolidación de una nueva estética alejada del simbolismo de épocas anteriores.