Cabeza de Eros, siglo II d.C.
Mármol.
Procedencia: Colección belga del pintor Alfred Delaunois en Lovaina. Posteriormente colección privada belga.
Medidas: 21 x 17 x 17 cm.
Cabeza perteneciente a una escultura completa y exenta de un infante, posiblemente de Eros, el Cupido romano, dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como dios de la fertilidad. Pese a representar a un poderoso dios, que antaño fue cruel, aquí se muestra a un niño de mofletes carnosos y cabellera ensortijada, que esboza una sutil sonrisa impregnada de ternura. En la mitología romana Eros será representado generalmente en forma de niño alado, mientras que los griegos lo plasmaban como un efebo. La representación de Eros influenciará de forma determinante en el cristianismo, no sólo con los traviesos putti, seres celestiales y mofletudos, niños juguetones con el pecado que acompañan a los personajes sacros o personalidades importantes, como la Virgen, sino que la representación alada del Eros adulto, en su aspecto aún más combativo, será asumida por los arcángeles de grandes alas del arte medieval.