Plato del taller de Limoges del siglo XIX.
“Moisés rescatado de las aguas”, serie Antiguo Testamento.
Cobre con esmalte cloisonné.
Con restos de antigua etiqueta en el reverso
Presenta algunos descantillados.
Medidas: 21 cm (diámetro).
Plato de cobre con esmaltes de tonos sepias y grises “en grisalla” resaltados en dorado, que ven su repercusión en el ala del plato, ornada con frutos de la abundancia y animales fantásticos. El tema de Moisés rescatado de las aguas inunda el fondo del plato, mientras la parte trasera cuenta con el rostro de un dios grecolatino, posiblemente Zeus, orlado por guirnaldas frutales, zarcillos y motivos foliados.
El episodio de Moisés rescatado de las aguas queda representado mediante un grupo de mujeres envueltas en ricos atavíos de seda y raso que se arraciman ante el Niño adoptando coreografías dinámicas. En la joven que se dispone a tomarlo en brazos identificamos a Miriam, quien será su nutricia. De acuerdo con lo escrito en el Éxodo, la princesa descubrió el canasto con el niño mientras se daba un baño. Se apiadó del pequeño, buscó una matrona para alimentarlo, Miriam. Las figuras responden a modelos neoclásicos, en sus óvalos faciales y escultóricos cánones.
El esmalte de Limoges cuenta con una larga tradición que se remonta a la Edad Media, en concreto al último cuadro del siglo XII. Será el taller de esmaltes más importante de Francia, y deberá su éxito especialmente a su producción de objetos decorados con esmaltes, además de las habituales placas esmaltadas. Sus piezas medievales presentaban características propias como un arrastre de fondo muy superficial o un tabicado muy fino para los detalles, además de un cromatismo innovador que incluía tonos nuevos como el azul claro grisáceo o el blanco.