Bolsa de viaje; mediados del siglo XIX.
Cuero.
Presenta inscripción JFK.
Posee sellos de lacre.
Medidas: 42 x 54 x 29 cm.
Una bolsa de viaje del siglo XIX era un accesorio indispensable para viajeros, comerciantes y exploradores de la época. Generalmente confeccionada en cuero resistente, lona encerada o tejidos gruesos, su diseño buscaba combinar durabilidad con cierta elegancia. Estas bolsas solían tener un marco metálico en la abertura superior, similar al de los bolsos de médico, lo que permitía una fácil apertura y cierre. Algunas incluían correas ajustables, asas de mano reforzadas y pequeños compartimentos interiores o exteriores para guardar documentos, dinero o artículos de aseo personal.
En una época en la que los viajes eran largos y a menudo incómodos, las bolsas de viaje eran esenciales para transportar pertenencias personales de manera segura. A diferencia de los baúles grandes, que se usaban para guardar grandes cantidades de ropa y objetos voluminosos, estas bolsas eran más manejables y permitían un acceso rápido a lo esencial. Eran especialmente útiles para viajeros frecuentes, como comerciantes, diplomáticos y exploradores, quienes necesitaban un equipaje práctico y de fácil transporte. Además, su fabricación en materiales resistentes protegía el contenido del polvo, la humedad y los golpes durante trayectos en carruajes, trenes o barcos.
Este tipo de bolsa evolucionó con el tiempo, dando lugar a los modernos bolsos de mano y maletas de viaje que seguimos utilizando hoy en día.