Lokapala; china, dinastía Tang, 618-907.
Cerámica parcialmente policromada.
Adjunta termoluminiscencia.
Presenta restauraciones.
Medidas: 67 x 40 x 14 cm.
Imagen de lokapala realizada en cerámica que aún conserva parte de la policromía original. Los lokapala, traducido “guardián del lugar”, son dioses que gobiernan los puntos cardinales en el hinduismo y el budismo vasraiana (Jingangcheng en china). Como guardianes, pueden llamar a los espíritus del otro mundo en su ayuda, y por ello suelen colocarse en parejas, a la entrada de las tumbas. En la tradición hinduista es también frecuente su representación en los templos.
La dinastía Tang está considerada por los historiadores como un momento de esplendor de la civilización china, igual o incluso superior al periodo Han. Surgida tras un periodo de despotismo bajo el reinado del cruel Yang Di, fue instaurada por Li Shimin quien, movido por piedad filiar, puso a su padre en el trono antes de asumir él mismo la función de emperador y fundar la dinastía Tang. Estimulado por el contacto con India y Oriente Medio, a través de la Ruta de la Seda, el imperio Tang vivió un auge creativo en numerosos campos. El budismo, que había surgido en India en la época de Confucio, continuó floreciendo durante este periodo y fue adoptado por la familia imperial, convirtiéndose en una parte esencial de la cultura tradicional china. Asimismo, el desarrollo de la imprenta extendió la difusión de las obras escritas, dando origen a la edad dorada del arte y la literatura china. La gran apertura cultural tendrá como resultado un arte fundamentalmente colorista, expresivo y muy ecléctico, si bien continúa siendo principalmente de uso funerario, donde el artista sigue siendo artesano anónimo.