Figura de un Boddhisattva greco-budista de Gandhara. Norte de la India - probablemente Pakistán, siglo III-IV.
Esquisto.
Cara rota y pegada (100% original); la línea de rotura sigue visible.
En el reverso, un trozo de aproximadamente 13x13 cm roto y vuelto a pegar; línea de rotura visible.
Medidas: 40 cm (altura).
Escultura en bulto redondo realizada en esquisto que muestra a un Boddhisattva, ya que presenta varios lakshana o símbolos iconográficos propios de las representaciones plásticas de budas y bodhisatvas, de significado sagrado: párpados entornados son símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto, y completan un rostro sereno de sonrisa esbozada, símbolo del equilibrio y la serenidad propios de un ser perfecto; es posible intuir los lóbulos alargados de las orejas, que aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas en la India contemporánea a Sakyamuni, y que representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría.
La región histórica de Gandhara, que corresponde al sudeste del actual Afganistán, al centro y norte de Pakistán, y al noroeste de India, fue una satrapía del Imperio Persa aqueménida desde el siglo VI a.C., conquistada por Alejandro Magno, manteniéndose helenística con los soberanos grecohindúes, hasta que fue anexionada al imperio Kushana (siglos I – III d.C.). Los kushan adoptaron muchos elementos de la cultura helenística, adaptando a su lengua el alfabeto griego, etc. Es por estas circunstancias históricas que se desarrolló en Gandhara el arte grecobudista, sincretismo entre la cultura griega y el budismo. En concreto fue la escultura helenística la principal fuente de influencias en el arte de Gandhara, dado que representaba a los dioses en forma humana. Más adelante la zona tuvo además relaciones directas con el mundo romano, a través del comercio e intercambio cultural que desarrolló a través de la Ruta de la Seda, por la que llegaban a Gandhara monedas y esculturas romanas en las que aparecían plasmados emperadores, altos dignatarios y dioses. La influencia grecolatina en esta región fue clave en su desarrollo artístico, tanto por los aspectos formales como por el hecho de que se representase a Buda en forma humana. De hecho Gandhara será el primer centro, junto con Mathura, donde se represente en su forma humana no sólo a Sakyamuni o Buda histórico, sino también a otras figuras del panteón budista. Esta representación figurativa favorecerá, además, la expansión del budismo por toda Asia Oriental.