Recipiente. Camboya, siglo XII-XIII.
Bronce.
Presenta corrosión y desperfectos propios del uso y el paso del tiempo.
Medidas: 23 cm.
Elegante jarrón de típica forma de botella, con cuerpo bulboso asentado sobre un corto pie anular. El cuerpo redondo se estrecha hacia arriba hasta un cuello estrecho con una boca notablemente acampanada.
La jemer o khmer es una de las culturas más importantes desarrolladas en Indochina. A principios del siglo VII aparecen las primeras inscripciones en su lengua, en el reino indio de Tshenla, situado en el curso medio del río Mekong. Los jemer se reorganizaron políticamente, y en el siglo IX alcanzaron la unidad de la actual Camboya bajo el reinado de Jayavarman II (802-850), fundador del reino de Angkor. Este monarca había pasado su juventud es la refinada corte de los sailendra de Java, por lo que trajo a su país una importante influencia de la cultura javanesa, así como el protocolo cortesano de dicha dinastía. El arte jemer alcanzó su momento de esplendor durante el periodo de Angkor, desarrollado entre los siglos IX y XIII, y alcanzó ámbitos muy distintos, como los textiles, la laca, la cerámica, la orfebrería, etc. Respecto a la escultura jemer, a partir del siglo VII empieza a separarse de la influencia india y, tras un largo proceso de evolución estilística, desarrollará su propio lenguaje original, consolidado en el siglo X. Será principalmente tallada en piedra y de temática religiosa, si bien en numerosas ocasiones el tema sacro se convierte en mera excusa para representar escenas cortesanas, aunque aparezcan protagonizadas por dioses. De ahí el mayor grado de realismo respecto al arte indio, dado que los artistas tomaban como modelo a cortesanos reales. El resultado son admirables imágenes de dioses de imponente presencia, dotadas de una cierta sensualidad femenina y una sofisticada belleza.