y volver al lote.
29 Oct 2024 17:16
Imagen extremadamente rara y de gran valor del monje Upagupta. Chiang Saen, reino de Lan Na. Siglo XVII, norte de Tailandia.
Bronce.
Pátina verde.
Buen estado de conservación.
Medidas: 61 x 42 x 28 cm.
Estamos ante una pieza de inusual valor, dada su singularidad en el tema y en el tratamiento. Se trata de la representación del monje Upagupta, pertenece al reino de Lan Na. Según algunos relatos del texto sánscrito Ashokavadana, este monje fue el maestro espiritual del emperador Mauryan Ashoka. Sentado con las piernas cruzadas en la postura de loto (símbolo de pureza), toma entre sus manos un cuenco para las limosnas. Es un bronce de notable factura y especial delicadeza, lo que aprecia en la simetría de los rasgos, en el estilizado torso y en la elegancia de las manos. Está sentado sobre un trono con la parte inferior calada y la superior cincelada con pétalos inspirados en la flor de loto. Asimismo, identificamos en la cabeza varios lakshana o símbolos específicos de la representación plástica de budas y bodhisatvas de significado sagrado, como los párpados entornados, símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto. El rostro sereno y simétrico en sus rasgos es símbolo del equilibrio y de serenidad propios de un ser perfecto. Finalmente vemos también los lóbulos alargados de las orejas, que aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas y que representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría.
Cuenta la leyenda que Upagupta viajó al reino de Mathura y predicó el Dharma con gran éxito. Esto hizo que el palacio de Mãra temblara, lo que provocó que la deidad usara sus poderes destructivos contra el Dharma. Cuando Upagupta entró en samadhi, Mãra se le acercó y deslizó un collar de jade alrededor de su cuello; pero Upagupta correspondió transformando los cadáveres de un hombre, un perro y una serpiente en una guirnalda y se la regaló a Mara. Cuando Mara descubrió la verdadera naturaleza del regalo, buscó la ayuda de Brahma para quitárselo. Brahma le informó que debido a que el collar fue otorgado por un discípulo avanzado del Buda, sus efectos solo podrían mitigarse tomando refugio en Upagupta. Así Mãra volvió al reino humano donde se postró ante el monje y se arrepintió. Por recomendación de Upagupta, juró nunca dañar el Dharma y se refugió en las Tres Joyas.