Máscara africana, mediados del Siglo XX.
Madera tallada.
Medidas: 42 x 24 x 15 cm.
En la máscara se representa un rostro ovalado, con el arco de las cejas muy marcado, continuado en una nariz larga, recta y estrecha. Los ojos son dos ranuras finas, abiertas para que el portador pueda ver, y la boca está trabajada con la forma de un doble cilindro proyectado al frente. Las máscaras son objetos cargados de un profundo valor religioso. Son la imagen visible de los espíritus o de los antepasados que se manifiestan en la danza. Las máscaras no solo cubren la cara del danzante, sino que son inseparables de su vestido hecho de tela, hojas de palma o rafia. A veces se complementan con bastones, zancos y sonajeros. Pueden tener rasgos humanos o de animales, los colores usados en la decoración aportan un significado a cada pieza.