La figura de Nkishi. Songye, República Democrática del Congo, finales del siglo XIX-principios del siglo XX.
Madera, hierro, conchas de cauri, tela, cuerda, piel de reptil, materia orgánica, fibras vegetales.
Procedencia:
- Olivier Castellano, París, Francia.
- Philipp Konzett, Viena, Austria.
Medidas: 51,5 cm (altura).
Este excepcional nkishi se presenta como una figura de apariencia humana con atributos visibles de jefatura. En su interior, la nganga o mago colocaba una mezcla mágica (bishimba) a base de materia orgánica, animal o mineral.
La creación de un nkishi era un evento público que reunía a la comunidad, un tallador experto y un nganga (practicante ritual) experimentado. Los jefes y los ancianos encargaban el nkishi y la comunidad era responsable de cortar el árbol seleccionado para la talla. También se utilizaban materias vegetales y animales que aportaban el carácter espiritual a la pieza.
Los songye, cuyos miembros se conocen con el nombre de "basha masende", son los detentores de los conocimientos necesarios para interactuar con los dioses, ellos fabricaban estas máscaras con estrías blancas y negras simbolizando las rayas de los antílopes, las galerías utilizadas por los espíritus para venir a fundar la cofradía Bukushi (órgano de control de la población y un instrumento judicial y coercitivo que refuerza el poder de los jefes y de los notables) o los recorridos laberínticos de los iniciados de esta sociedad que siempre gozan de un estatus elevado en una sociedad basada en un poder central. Con los colores utilizados en el ornamento de las tallas se quiere expresar los rasgos o agudezas del espíritu; así, por ejemplo, el blanco simboliza los aspectos positivos, como la pureza, la paz, la luna o la luz; el color rojo está asociado a la sangre, al fuego, al coraje y a la fuerza, pero también a la destrucción o a la magia negra.