Conjunto de 24 piezas siguiendo modelos arqueológicos, siglo XX.
Ungüentarios, cuencos, perfumeros, etc.
Vidrio, pasta vítrea pintada a mano, terracota.
Casi todas con peana de metacrilato.
Presentan marcas de uso y desgaste, desperfectos y faltas.
Medidas: 15 cm. altura (la mayor, sin peana).
Lote formado por una colección de pequeñas jarras y recipientes de vidrio y cerámica siguiendo modelos de la Antigua Roma, en gran variedad de formas según el uso que se le daba: piezas pisciformes en cerámica pintada a mano con motivos abstractos, jarras con y sin asas, de cuerpo esférico o plano, de labio exvasado para facilitar la dosificación, recipientes periformes en pasta vítrea para ungüentos de gineceo y perfumes de tocador femenino... En algunas piezas de vidrio, la superficie externa presenta bellas irisaciones debidas al largo tiempo que el vidrio ha pasado bajo tierras y en contacto directo con los minerales de la propia tierra.
El uso del vidrio empezó a generalizarse a partir del siglo I d.C., tras el descubrimiento de la técnica del soplado en torno al 40 a.C., en la zona este de la costa mediterránea. Esta técnica supuso una gran revolución, y se difundió de inmediato rápidamente. El vidrio soplado ofrecía grandes ventajas sobre otros materiales porque no cambiaba el sabor de los alimentos que contenía y era más impermeable que la terracota. Además, la técnica del soplado permitía fabricar piezas de formas y tamaños variadísimos, y también una producción más rápida. Por otro lado, las piezas de vidrio eran más fáciles de limpiar, por lo que pronto se convertirá en el material favorito para el uso doméstico