y volver al lote.
30 Oct 2024 17:32
Ánfora tipo Dressel; Roma, siglo I- II d.C.
Terracota.
Presenta pérdida de la zona superior y de las asas. Desperfectos originados por el paso del tiempo.
Conserva adhesiones marinas.
Medidas: 74 x 57 cm; 47 x 38 cm (peana).
Ánfora romana realizada en terracota, del tipo Dressel 8, utilizada para el transporte de alimentos en salazón. Se trata de un ejemplar con cuerpo alargado bien proporcionado, base en punta para clavar la vasija en la tierra, cuello cilíndrico muy largo y ancho, con boca moldurada y dos asas verticales.
El ánfora es una tipología originaria de la cerámica griega, muy utilizada en el Imperio Romano, caracterizada por ser una vasija alta de forma fusiforme, con cuello estrecho y dos asas caladas a los lados de éste, terminada normalmente en punta para colocarla hundida en el suelo arenoso o bien sobre un montante. Fue utilizada por los antiguos griegos y romanos como el principal medio de transporte y almacenamiento de uvas, aceitunas, aceite de oliva, cereales, pescado, vino y otros productos básicos. No obstante, durante el periodo romano fue también frecuente su uso funerario, como contenedor de las cenizas del difunto. El volumen medio de un ánfora se aproximaba a los 25-30 litros (un pie cúbico); su peso y contenido, en un ánfora rellena de agua, daba lugar al talento, como medida de peso y también unidad monetaria. Los primeros tipos griegos presentaban un perfil curvo continuo, mientras que los ejemplares más modernos y los romanos tienen claramente diferenciada la parte alta (cuello y boca) del resto del cuerpo. Algunas de estas piezas, como las famosas Ánforas Panatenaicas, presentaban decoraciones pictóricas, especialmente las de origen griego. Sin embargo, durante el Imperio Romano, debido a la expansión del comercio, su uso se centró en el transporte y almacenaje de alimentos, por lo que solían ser sencillas, sin más decoración que la modelada.