Tapiz; Bruselas, ca. 1600.
“Bacanal".
Lana.
Posee forro.
Presenta restauraciones y desgastes.
Medidas: 260 x 430 cm.
Los tapices del norte de Europa destacaron en su producción desde finales de la Edad Media, al definirse como los de mayor calidad de Europa, con brillantes colores, gran densidad y un cuidado dibujo de los cartones, que se traducía en escenas figurativas de gran riqueza y sentido narrativo. Los temas cinegéticos fueron frecuentes en el Renacimiento y el Barroco, además del género paisajístico y el tema costumbrista o cortesano. La producción comenzaba con el dibujo de los cartones, que se ejecutaban en papel o pergamino por pintores cualificados y posteriormente se enviaban a los tapiceros, que podían estar a gran distancia. Los cartones podían ser reutilizados numerosas veces, y muy a menudo se usaban durante decenios y por distintos talleres; pero dada la fragilidad de su material, muy pocos se han conservado. Los talleres de tapicería no estaban controlados por gremios. Dependían de una mano de obra emigrante, y su actividad comercial se realizaba por empresarios que frecuentemente eran pintores.