Tapiz flamenco. Bruselas, siglo XVII.
"Fiesta popular o kermesse".
Lana y seda. Anudada a mano.
Necesita restauración.
Medidas: 270 x 450 cm.
En este tapiz flamenco de periodo barroco se desarrolla una animada escena costumbrista ubicada en una aldea costera de los Países Bajos. Siendo las fiestas populares o kermesses tan características de los tapices flamencos del siglo XVII, el nombre "kermés" identifcó tanto a los tapices flamencos como a la temática de la fiesta campestre. En la escena que nos ocupa, delante de un caserón (por cuya ventana asoma una anciana curiosa), una pareja baila al son de las gaitas, un campesino acarrea una jarra de vino, un pescador tocado con bicornio habla con unos campesinos acompañados de un perro, otros grupos se disponen a comer sus viandas... Un escarpado farallón es coronado con una ciudadela medieval. Destaca la riqueza narrativa y cromática lograda con un intrincado patrón para describir cada uno de los personajes y el idílico paisaje, aspectos característicos de los talleres de Bruselas, como también lo es el tipo de orla que enmarca la escena.
Desde la Baja Edad Media hasta el siglo XVIII, los tapices flamencos, así como la producción pictórica de los maestros de la pintura flamenca, se convirtieron en una mercancía de lujo que se exportaba por toda Europa. La especial relación que se estableció entre la región denominada Flandes (una imprecisa forma de referirse a la zona septentrional del Estado Borgoñón) y los reinos cristianos peninsulares medievales (especialmente la Corona de Castilla, y luego la Monarquía Hispánica -que incorporó los Países Bajos de los Habsburgo-), de donde provenía buena parte de la lana que llegaba a los talleres textiles de Brujas, Gante, Amberes, Bruselas, Malinas, Arrás o Tou.