Tapiz; Francia, finales del siglo XVII.
“Alegoría de la primavera”.
Lana y seda.
Medidas: 304 x 210 cm.
Tapiz de época barroca, en el que se representa un paisaje de naturaleza exuberante, con cuatro jóvenes damas en primer plano recogiendo flores. Al fondo se divisa un castillo. Destaca la riqueza de gamas tonales a base de sienas, marrones, ocres, glauco. Los tapices franceses y flamencos fueron desde finales de la Edad Media los de mayor calidad de Europa, con brillantes colores, gran densidad y un cuidado dibujo de los cartones, que se traducía en escenas figurativas de gran riqueza y sentido narrativo. Los temas cinegéticos fueron frecuentes en el Renacimiento y el Barroco, además del género paisajístico y el tema costumbrista o cortesano.
Desde el siglo XV, y hasta el XVII, los tapices franceses se contaban entre las obras de arte más apreciadas y valiosas de Europa. Se utilizaban como regalos diplomáticos, especialmente los de gran formato. La producción comenzaba con el dibujo de los cartones, que se ejecutaban en papel o pergamino por pintores cualificados y posteriormente se enviaban a los tapiceros, que podían estar a gran distancia. En el siglo XVII, los tapices flamencos siguen mostrando un intrincado detalle del patrón y el color. El éxito del tapiz decorativo puede explicarse parcialmente por su portabilidad. También se colocaron tapices en las paredes de los castillos para el aislamiento durante el invierno, así como para la exhibición decorativa.