CARLOS CRUZ DIEZ (Caracas, 1923 - París, 2019).
Tapiz
Posee etiqueta informativa al dorso.
Precisa limpieza.
Firmado en la zona inferior derecha.
Medidas: 240 x 170 cm.
El artista franco-venezolano, Carlos Cruz-Diez fue uno de los protagonistas más relevantes del arte óptico y cinético, corriente artística que reivindica "la toma de conciencia de la inestabilidad de lo real”. Sus investigaciones lo revelan como uno de los pensadores del color del siglo XX. El discurso plástico de Carlos Cruz-Diez gravita alrededor del fenómeno cromático concebido como una realidad autónoma que evoluciona en el espacio y en el tiempo, sin ayuda de la forma ni del soporte, en un presente continuo. Inició su formación artística en 1940, cursando estudios en la Escuela de Artes Plásticas y aplicadas, de donde posteriormente fue profesor. Durante su etapa de estudiante, comenzó a colaborar con publicaciones como La Esfera, donde mostraban sus dibujos cómicos. En 1944, trabajó como ilustrador y diseñador gráfico de la revista El farol, además de para otras publicaciones. Dos años después se convirtió en el director creativo de la agencia publicitaria McCaan- Erickson. En 1954 comenzó a trabajar en proyectos murales, en los que mostró su interés por el color, la abstracción y la geometría, los cuales fueron expuestos en el XV Salón oficial. Un año después se trasladó a Barcelona, visitó París y en 1956, expuso su obra en la Galería Buchholz en Madrid. Tras viajar a Nueva York y Paris, volvió a Caracas, donde fundó el Estudio de Artes Visuales, dedicado al diseño industrial. Un estudio en el que desarrolló un trabajo que influiría en sus series posteriores, como Couleur Additive y Physichromie (Fisiolcromia). Basadas en la corriente de color field representa por Kenneth Noland y el Op art. Corriente principalmente abstracta, que se basa en la composición pictórica de fenómenos puramente ópticos, buscando la sensación de movimiento en una superficie bidimensional, engañando al ojo mediante complejas ilusiones ópticas. Se utilizan estructuras de repetición con un orden claro, basadas en rigurosos principios científicos con el fin de producir efectos visuales inéditos. En este caso los principios del Op Art se ponen al servicio de la figuración, utilizando la repetición de formas geométricas y la yuxtaposición de colores planos. En 1960 regresó a Paris, definitivamente, y un año más tarde participó en la exposición Bewogen Beweging en el Stedelijk Museum de Ámsterdam donde también colaboraron artistas como Allan Kaprow, Alexander Calder, Moholy-Nagy, Robert Rauschenberg, Jean Tinguely, Marcel Duchamp, Victor Vasarely. En en el año 1965 participó en The Responsive Eye en el Museum of Modern Art de Nueva York, exposición que supone la consagración oficial del arte cinético.